Cuando alguien que ha marcado de una forma tan positiva a la comunidad del Calasanz se separa de nuestro camino, siempre es motivo de pesar. Nuestra maestra Silvia Gálvez se encontrará el curso que viene en su Huétor Tájar, nos alegramos por ello, ya que sabemos que se situará más cerca de los suyos y estamos seguros de que le irá genial, ya que su luz vital y profesionalidad serán su bandera y seña de identidad donde quiera que vaya. Pero nos entristecemos por perder esa luz en nuestro cole. Han sido muchos años ocupándose de ayudar a formar a nuestro alumnado con gran eficacia y motivación. Y no olvidamos que ha hecho de nuestra Biblioteca, un referente provincial y piedra angular de nuestro proyecto educativo. Ahí queda su incontestable legado.
Los maestros Jose e Isa le han dedicado unas sentidas palabras que ilustraban el sentimiento de todos nosotros. Antes, nuestro director Óscar, ya había hecho la introducción a la despedida también con un nudo en el estómago.
El Centro le ha obsequiado con una placa y ramo de flores.
Te queremos, Silvia. Aquí tienes siempre tu casa. Estamos cerquita. Ojalá nuestros caminos se vuelvan a cruzar muy pronto.
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