Hace unos días, mientras me encontraba trabajando en el despacho, tuve la visita de dos alumnos de 4 años, Manuel Macías y Marcos Caballero.
Llamaron a la puerta y tímidamente me pidieron, de manera muy educada, que por favor les comprara cubos, palas y rastrillos nuevos para jugar en su arenero.
Entre los tres, llegamos a un acuerdo; se los compraría si se comprometían a comportarse bien, a ser buenos compañeros y a trabajar mucho.
Hoy, al pasar por el arenero, han salido corriendo y me han agradecido, de manera eufórica, el haberle comprado juguetes nuevos.
Ver las caras de felicidad de nuestro alumnado no tiene precio.
NO OLVIDEMOS QUE EL DIÁLOGO Y EL COMPROMISO SON PILARES BÁSICOS EN LA EDUCACIÓN, AUNQUE SE TENGAN 4 AÑOS.
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